Solución Cuando nació mi sobrino Lorenzo el médico dijo que era sordo. En mi familia tuvimos mucha angustia y nos agobiamos bastante, porque somos todos oyentes y no hay ninguna persona sorda, así que fuimos a una asociación de personas sordas a informarnos. Allí una persona sorda nos explicó un montón de cosas. Por ejemplo, nos dijo que no se dice “sordomudo” sino “persona sorda”, que hay colegios preferentes para personas sordas y que era importante que tanto mi sobrino como nosotros aprendiéramos Lengua de Signos para poder comunicarnos más fácilmente. Aprendimos muchas cosas interesantes en la asociación. El tiempo fue pasando y mi sobrino ha crecido un montón: tiene 16 años y es bilingüe. Toda la familia sabemos lengua de signos y él está muy integrado y feliz. En clase, en su colegio, existe integración entre las personas sordas y oyentes y no hay marginación, así que ahí también se siente contento. Participa en la comunidad sorda y quiere que haya igualdad entre personas sordas y oyentes. Piensa que es importante, por ejemplo, que haya más intérpretes o que la televisión esté subtitulada para terminar con las barreras comunicativas. En el futuro quiere estudiar Sistema de Signos Internacional. Creo que voy a ir a clases con él para aprender yo también.
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