Seguro que alguna vez estabas viendo a Matías Prats en el telediario y te has preguntado si el intérprete que aparece en esa ventana tan pequeña está reproduciendo fielmente el mensaje.
Pero atiende: la información en Lengua de Signos ¡es muy completa!
Quizá le ves signando muy rápido, o muy despacio. Haciendo gestos que no te suenan de nada y no consigues hilar el mensaje.
Cuando no sabemos Lengua de Signos o no la conocemos, pensamos que es imposible que se pueda transmitir la misma información que en lengua oral. El error que cometemos es comparar una lengua plenamente auditiva con otra viso-gestual.
Si llevamos a cabo esta comparación, la Lengua de Signos está ganando por goleada.
La riqueza de la Lengua de Signos
Una lengua que utiliza diferentes códigos y diversas vías de comunicación, siempre será más completa. Además, si estamos dispuestos a poner dos lenguas sobre la palestra, debemos tener en cuenta los aspectos culturales de cada una, tema sobre el que hablaremos en otro artículo.
No es por presumir, pero gracias a la Lengua de Signos podemos transmitir más ideas en menos tiempo. Podemos expresar cosas abstractas y darles forma en el aire.
¿Qué forma tienen las ideas? ¿Y el cielo? : La forma que nosotros queramos.
Esto es algo maravilloso. Se trata de una lengua tan especial, que hace que nuestro cerebro cambie. Activas zonas cognitivas que quizá no habíamos usado hasta la fecha. Hace que mejore nuestra memoria visual y espacial, acentúa la imaginación y ni que decir tenemos de la expresión facial y corporal. La información en Lengua de Signos siempre va a ser muy completa.
Ahora bien, ¿sigues pensando que signando se pierde información?
La realidad es ¡que se gana! Mientras que en lengua oral tenemos que dar los detalles acerca de lo que estamos hablando, en Lengua de Signos lo hacemos sobre el propio objeto o idea. Lo creamos con las manos, lo cogemos, lo modificamos y le dotamos de vida.
¡Así es la Lengua de Signos!